En recuerdo de dos grandes genios de la literatura universal, Shakespeare y Cervantes que fallecieron un 23 de abril, cada año se celebra el día del libro. El segundo ciclo de Educación Infantil, realizó una serie de actividades para fomentar y potenciar el interés por la lectura, la escucha de cuentos y sobre todo y lo más importante para desarrollar la creatividad e imaginación con la invención de cuentos.
Primeramente, se les proyectó una breve narración sobre la biografía de Miguel de Cervantes, para posteriormente trabajar la comprensión: ¿Por qué se celebra éste día y no otro?, ¿Por qué se le llamó el manco de Lepanto?...
Una vez que ya sabían quién fue este gran escritor, quisieron sentirse como él durante un día entero, así que sin más subimos a la biblioteca del colegio y estuvimos leyendo libros de lectura, cuentos...
Por último y como colofón a este día, la clase de 5 años, imitando una vez más a este escritor que habíamos estado investigando, formaron un equipo para escribir entre todos una historia.
El comienzo lo puse yo: Imaginaros que se va a abrir una biblioteca nueva en el colegio, y de repente la noche anterior los libros cobran vida...
A la mañana siguiente venimos al cole y nos encontramos un libro que estaba cambiado de sitio en la estantería y el resto de los libros estaban andando por el cole. Había entre ellos uno muy grande y tenía un título “del dragón” y si te acercabas a él y lo leías, todos los libros se colocaban en su sitio. Entonces Marcos y Santiago se acercaron a un libro de aventuras lo leyeron pero no pasó nada y entonces se dirigieron hacia el libro gigante, lo leyeron (cada página uno) y todos los libros volvieron a su sitio.
A la mañana siguiente pasó lo mismo, todos los libros cobraron vida pero más tarde ocurrió una cosa extraña todos los libros eran diferentes a los del día anterior, de dinosaurios, de prehistoria, de ranas, de águilas... pasó algo con ellos y es que el título cobró vida y los dibujos de la portada se despegaron y empezaron a caminar por el colegio dinosaurios, ranas, águilas y todos los niños se asustaron muchísimo. ¡Había que buscar un antídoto! Sólo lo podríamos encontrar leyendo uno de los libros de aventuras. Y así sucedió, Rodrigo empezó a leer el libro “El veneno de la serpiente” y de esta manera lo conseguimos !todos los libros se colocaron solitos en las estanterías de la biblioteca. Y colorín colorado... éste cuento se ha acabado.
